Las mujeres han enfrentado obstáculos históricamente para una plena participación en la política, producto de una cultura patriarcal en la que han tenido una subrepresentación que se mantiene en la actualidad.
Si bien se han dado avances significativos en el rol de las mujeres como votantes y dentro de las dinámicas de los partidos políticos, por medio de su participación en las filas de los partidos políticos; en materia de ocupar puestos de poder y toma de decisión, el avance ha sido más lento.
El Perfil País según Igualdad de Género (2020) muestra como en los 15 períodos electorales desde 1945 hasta el 2019, sólo 82 mujeres alcanzaron un peldaño como principales en el órgano legislativo, significando un 9.1%, mientras que en el mismo período lo hicieron 820 hombres para un 90.9%[1], lo que evidencia que el país se encuentre aún lejos de alcanzar la paridad.
Las causas de las brechas que afectan el goce las mujeres a los derechos políticos son de diversa índoles y complejidad, entre éstas se destacan:
- La recarga de tareas de cuido y atención del hogar, lo que limita el tiempo para una participación política más activa
- Los estereotipos de género y la asociación a roles tradicionales que limitan su participación en la esfera pública y de toma de decisión.
- Limitaciones económicas, que afectan la manutención de la familia y costear los gastos para la participación en contiendas electorales.
- Limitaciones en las ofertas de formación política especializada para las mujeres, que partan de sus intereses y necesidades.
- Violencia en la política
- Limitaciones en los partidos políticos para la incorporación de la perspectiva de género.
Es importante desarrollar alianzas estratégicas que permitan promover la participación de las mujeres en la política. Una primera acción para toda la población es atender los estereotipos que tenemos respecto al rol de las mujeres en la política.
Además, es necesario desarrollar procesos permanentes de formación política con enfoque de género en las comunidades y a lo interno de los partidos políticos, acerca de los derechos políticos de las mujeres y sobre temas particulares que permitan atender las brechas de género (desarrollo personal y político, liderazgo, entre otros); así como la creación de espacios de intercambio de ideas y experiencia entre grupos de mujeres líderes a nivel local y visibilizar la relevancia de su participación en estos espacios.
Finalmente es necesario visibilizar y ejecutar acciones de prevención y atención a la violencia contra las mujeres en política, a fin de poner un alto a este tipo de violencia, que limita el goce pleno de los derechos de las mujeres en la política.
[1] ONU Mujeres, PNUD, FAO, UNFPA y UNICEF. (2020). Perfil País según Igualdad de Género. Disponible en: https://www.pa.undp.org/content/panama/es/home/library/perfil-de-pais-segun-igualdad-de-genero–ppig-.html