Desde hace 11 años la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña, con la finalidad de promover el reconocimiento de sus derechos, los desafíos particulares a los que se enfrentan y para promover su empoderamiento.
Toda empresa independientemente de su tamaño o sector de actividad tiene la posibilidad de aportar al cumplimiento de los derechos de las niñas y adolescentes a una vida segura, educada y saludable en tres ámbitos clave: el mercado, el lugar de trabajo y la comunidad.
El compromiso con las niñas es posible desarrollarlo en la ejecución de acciones para la comunidad, ejemplo de esto puede ser por ejemplo apoyando proyectos dirigidos a la promoción de niñas en áreas STEAM o acciones para la prevención de la violencia en el noviazgo.
En esta línea, una buena práctica empresarial es el modelaje de niñas para romper con estereotipos acerca de las carreras a futuro. Al respecto de esto, el estudio “Girls in STEM: Is It a Female Role-Model Thing?” confirmó que los talleres para niñas que cuentan con la presencia de mujeres referentes en el campo STEM, ayudan a reducir la brecha de género entre los 12 y 16 años.
En dicho estudio, después de realizar tres sesiones de talleres a los que asistieron mujeres referentes en el ámbito de la Ciencia y la Tecnología, se ayudó a reducir los estereotipos previos que tenían las niñas, y se aumentó el disfrute de una asignatura como las matemáticas; que es fundamental en carreas STEM. Las niñas participantes también mejoraron sus expectativas de éxito en las matemáticas, la importancia que atribuían a estas, así como sus aspiraciones a seguir una carrera en ámbitos científico-tecnológicos.
Los Principios de Empoderamiento de las Mujeres de ONU Mujeres, apuntan a fomentar la participación comunitaria, promoviendo la igualdad mediante iniciativas comunitarias; esto es de suma importancia debido a que si las niñas reciben apoyo efectivo desde temprana edad y durante la adolescencia, tienen el potencial de romper barreras históricas y desarrollarse en plenitud.
Otros ámbitos en los que las empresas pueden aportar a las niñas, son el de mercado y lugar de trabajo; en donde es posible llevar a cabo acciones que eviten impactos negativos sobre la infancia, como por ejemplo mitigar los daños derivados del inadecuado cuidado del ambiente, tener en cuenta temas de conciliación para su personal, o garantizar la seguridad de los productos que publicitan y comercializan, a fin de no reproducir sesgos de género.
Replicar estas acciones en nuestras comunidades y lugares de trabajo, apoyar a las niñas para romper con brechas de género, es un compromiso viable y poderoso que toda empresa socialmente responsable está llamada a asumir.